domingo, 11 de marzo de 2012

3.- La Vida Política: Democracia Social

La vida política de la sociedad argentina del futuro ha de realizarse en comunidad organizada. Propongo que esa comunidad organizada configure la DEMOCRACIA SOCIAL. Veremos en qué consiste tal estructura política.
   
DEMOCRACIA SOCIAL
 
En la noción clásica se ha entendido a la Nación como la entidad integrada por población, territorio y gobierno; y al Estado como la Nación jurídica y políticamente organizada. Pareciera ser, por lo tanto, que bastan estos conceptos para calificar a la comunidad organizada en el sentido en que estamos considerándola.
No es así. La diferencia esencial se da en el hecho de que la concepción liberal califica, por un lado, al individuo, y, por el otro, a la organización superior. Además, sólo reconoce, prácticamente, el papel de las organizaciones intermedias denominadas partidos políticos. En la acción concreta las organizaciones intermedias que responden a grupos sociales o profesionales han sido calificadas como correspondientes a una concepción corporativista del Estado.
Hemos evaluado, suficientemente, la enseñanza de la historia como para concluir que no necesitamos seguir ahora en este juego pendular entre el liberalismo y el corporativismo. Una toma de conciencia, debidamente razonada, nos pone en situación de ir directamente hacia las estructuras intermedias completas que, cubriendo partidos políticos y grupos sociales, den a nuestra comunidad la fisonomía real de lo que queremos calificar como “democracia social”.
La configuración política de esta comunidad organizada implica la creación de un sistema de instituciones políticas y sociales que garanticen la presencia del pueblo en la elaboración de las decisiones y en el cumplimiento de las mismas.
Corresponde esclarecer ahora el concepto de democracia social:
- Es social en la medida que, como dije una vez: “La verdadera democracia es aquella donde el gobierno hace lo que el pueblo quiere y defiende un solo interés: el del pueblo”.
- Es social, porque la sociedad es su marco, su objeto y el instrumento de su realización y porque el pueblo organizado en sociedad es el actor de las decisiones y el artífice de su propio destino.
- Es social, en cuanto procura el equilibrio del derecho del individuo con el de la comunidad.
Enuncio el concepto de democracia social al tratar de la vida política, porque la democracia social no puede entenderse si no es en función política, que hace el vínculo natural y necesario para asegurar la cohesión del cuerpo social y puede tener su finalidad sólo en la realización de lo que secularmente se ha llamado el “bien común”.
   
LAS CUALIDADES DE LA DEMOCRACIA SOCIAL
   
La democracia social que deseamos requiere ser caracterizada en función de una serie de cualidades razonablemente precisas. Las siguientes son las más importantes:
- Es la expresión de una Nación que tiene una estructura de poder que le permite tomar decisiones por sí misma en cuestiones fundamentales, referidas a sus objetivos, a los procedimientos a llevar a cabo y a la distribución de responsabilidades que quiera establecer en su seno.
- Es orgánica porque se realiza en comunidad organizada y porque en tal comunidad participan todos los grupos políticos y sociales integrando en el proceso nacional a todas las fuerzas representativas de los distintos sectores del quehacer argentino.
- Procura el bien común -en la concepción amplia que ha definido la Iglesia- y lo persigue a través del “desarrollo social del país”.
- Se nutre de un ética social que supera la ética individualista, al mismo tiempo que preserva la dignidad del valor humano. Esta ética es la que habrá de convertir al hombre actual en hombre nuevo, creador de una nueva comunidad. Para nosotros, en nuestro ámbito nacional, es una ética esencialmente cristiana.
- Requiere una caracterización de la propiedad en función social.
La tierra, considerada desde una visión global y teniendo en cuenta la necesidad objetiva de producir bienes, particularmente alimentos, y demás servicios para su población, es un bien de producción social.
De tal forma, queda caracterizada la propiedad privada, como una concepción que realiza la sociedad, a través de la ley y en función de la historia, posibilitando a las personas que dispongan bienes sociales. Pero debe exigirse que esa posesión sea hecha en función del bien común, porque la sociedad estima que la propiedad privada permite organizar la producción de bienes y servicios con mayor sentido social y eficiencia que la propiedad común.
- Es políticamente plural, con lo que responde al pluralismo real.
La forma del pluralismo resultará de lo que el pueblo decida. Por eso, a nuestro juicio, han quedado eliminadas las posibilidades de un sistema de partido único o de multiplicidad atomizada de partidos irrelevantes.
En lo que se refiere al pluralismo de los grupos sociales, se propone el ordenamiento por funciones sociales en entidades que agrupan a las representaciones del trabajo, del empresariado, de los profesionales, y, eventualmente, de otros sectores de la vida nacional.
- Persigue la liberación de los hombres de la opresión y el poder ajeno.
Esta liberación comienza por la libertad interior, sólo alcanzable por medio de un sentimiento que trascienda al hombre y cultive en él la actitud de servicio. De otro modo, aún las ideologías más revolucionarias conducirían únicamente a simples cambios de amos.
- Tiene en la representación uno de sus fundamentos vitales.
La representación está dada, esencialmente, por la acción política canalizada a través de los partidos, de la cual deriva la asignación de poder político como poder de representación y de juicio político.
Otro nivel de representatividad puede estar dado por los distintos grupos sociales o destacadas personalidades independientes, que contribuyen en la formulación de proposiciones y en aporte de ideas fundamentales.
Promueve la participación auténtica para la cual requiere, al menos, las concepciones básicas de bien común, ética generalizada, pluralismo, solidaridad y representatividad.
El ciudadano se expresa como tal a través de los partidos políticos cuya vigencia lleva al funcionamiento de los cuerpos políticos legislativo y ejecutivo.
Pero también el hombre, a través de su condición de trabajador, intelectual, empresario, militar, sacerdote, etc., tiene que organizarse para participar en otro tipo de recinto, como puede ser, por ejemplo, el Consejo para el Proyecto Nacional Argentino. Este ente debe enfocar su tarea hacia la gran obra de formulación del Proyecto Nacional en la cual todo el país tiene que empeñarse. Además de esta participación son accesibles otras formas de participación de los grupos políticos y sociales, a título de asesoramiento y de contribución a la gran tarea de liberación y reconstrucción nacional, en la que debe estar empeñado todo el país. Las formas que deba asumir esta participación están aún abiertas a la consideración de quienes serán responsables de la misma. Concibe a la autoridad como la facultad de mandar según la recta razón, con base en un orden moral y una ética superior.
- Se realiza con una concepción nacional sin xenofobia, en actitud continentalista y universalista, de efectiva cooperación y no competitiva.
- Es “moderna”, porque requiere la estructuración orgánica y funcional en términos de la sociedad organizada, superando las estructuras heredadas del Estado liberal, incapaces de servir eficientemente a nuestro Modelo Argentino.
- Se plantea en términos de ideales, pero partiendo de la realidad actual y evaluando nuestra idoneidad concreta de transformación. No configura, pues, una utopía.
La apelación a la utopía es, con frecuencia, un cómodo pretexto cuando se quiere rehuir las tareas concretas y refugiarse en un mundo imaginario; vivir en un futuro hipotético significa deponer las responsabilidades inmediatas. También es frecuente presentar situaciones utópicas para hacer fracasar auténticos procesos revolucionarios.
Nuestro modelo político propone el ideal no utópico de realizar dos tareas permanentes: acercar la realidad al ideal y revisar la validez de ese ideal para mantenerlo abierto a la realidad del futuro. 

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