La sociedad
científico-tecnológica que propongo a partir de la evaluación conceptual
expuesta, debe elegir ciertos objetivos esenciales en su acción permanente.
Para establecer dichos objetivos hay que tener en cuenta que todos los ámbitos
de la actividad económica requieren de lo científico-tecnológico una
determinada conducta en lo que hace a logros y procedimientos. Esto define
algunos caracteres de la fisonomía que debe tener el campo de la ciencia y la
tecnología. Otros derivan de sus propios requerimientos.
En esencia, se trata de que el
campo científico-tecnológico tenga un nivel de conocimiento suficiente como
para ser razonablemente autónomo.
Ningún país puede aspirar hoy
a una total autarquía, y el nuestro no puede cubrir con igual eficiencia todas
las necesidades científico-tecnológicas. Pero será vital que las decisiones
sobre el desarrollo de nuevos conocimientos que se incorporen a nuevas
inversiones queden en manos nacionales o sean gobernables por el país.
Debe haber, en consecuencia,
un poder nacional de decisión para conducir lo científico-tecnológico que nos
interese.
Se trata, además, de no hacer
de la acumulación de conocimientos científico-tecnológicos el objetivo del
cambio. Por el contrario, se trata de identificar al conocimiento científico-tecnológico
que es indispensable para el modelo de sociedad propuesto.
Considero que el campo
científico-tecnológico debe aporta conocimientos para: desarrollar una
capacidad adecuada que permita disponer suficiente poder nacional de decisión,
pues cada sector de conocimiento contribuye a fortalecer este poder; tener
disponible en el momento preciso la tecnología adecuada para lograr los mejores
resultados en cada una de las actividades económicas, exportar tecnología con
el máximo grado de complejidad posible; sustituir progresivamente la
importación de tecnología y realizándola a niveles adecuadamente económicos;
establecer los sectores de conocimientos necesarios para que sean asumidos por
la sociedad, a fin de estar en condiciones de adoptar las pautas que se ajusten
a su propia fisonomía; y alcanzar una conducta lo suficientemente prudente como
para que nuestro país no sufra los mismos males del desarrollo tecnológico
cuyas consecuencias estamos viendo en los países superdesarrollados.
INCENTIVACION DE LA CREATIVIDAD
La sociedad que visualiza el
presente Modelo debe asignar a este campo la misma importancia que se asigna a
los ámbitos ya considerados.
Se requiere la máxima
incentivación del esfuerzo creativo, desarrollando también criterios de
adaptación de tecnología externa en la medida en que sea conveniente, pero sin
ubicar a nuestra sociedad dentro de un simple modelo adaptativo.
Este modelo científico-tecnológico creativo debe
elaborar programas y proyectos, integrados desde la concepción científica hasta
la aplicación final; a partir de allí será necesario establecer adecuados
controles de evaluación de tales proyectos y desarrollos, como así también de
la eficiencia del sistema científico-tecnológico en su totalidad.
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