domingo, 11 de marzo de 2012

La Exigencia de un Modelo

Cuando caractericé el Modelo Argentino y expuse sus objetivos principales, quedó claro que constituye una exigencia prospectiva que debe contribuir a consolidar la Patria por la que todos bregamos.
Ahora es evidente, además, que la experiencia mundial y el propio proceso histórico argentino conducen, rectamente, a la misma necesidad. Volvemos entonces al comienzo de este trabajo añadiendo, al concepto de modelo y a sus objetivos, la clara conciencia de su inexorabilidad histórica.
A ello debemos agregar que, para elaborar con precisión un Modelo Argentino, es conveniente una evaluación orgánica de la situación presente, lo que resulta imposible sin una perspectiva histórica: la historia no es una acumulación de etapas inconexas sino un proceso generativo, dinámico y constante.
De ahí que en modo alguno puede proponerse un modelo estático y cerrado para una Argentina en constante transformación. Nuestro Modelo Argentino debe presentar el dinamismo de todo lo que se vincula con el devenir de un Pueblo. Por esa razón, los argentinos debemos juzgar al Modelo Argentino como una propuesta abierta a sucesivas correcciones para estar en armonía con la fascinante vitalidad de la historia.
En síntesis, tenemos la responsabilidad histórica de definir el país que deseamos, con el propósito de abandonar las luchas internas que desgastan nuestra esperanza y nos desvían del camino por el que podemos y debemos transitar.
Nuestra Patria tiene todo lo necesario para que sus hijos sientan el gozo infinito de la vida. Dios nos ha brindado riquezas incalculables, sólo falta que asumamos la decisión irrevocable de realizar la empresa que nos aguarda.
Cada uno de mis conciudadanos, cada grupo social y político, que sienta el deber de contribuir a la grandeza del país, deberá formular sus sugerencias para que este Modelo sea cada vez más un ideal de vida nacional.  

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