domingo, 11 de marzo de 2012

Las Necesidades y la Oferta de Bienes y Servicios

Resulta paradójico observar cómo en un mundo que siente cada día con mayor fuerza la presión de la escasez de los recursos primarios, algunas concepciones tratan por todos los medios de fomentar el consumo en forma  irracional y dispendiosa. Esto no sólo torna cada día más oscuras las posibilidades de las generaciones futuras, sino que refuerza los lazos de dependencia especulativa de grupos e intereses privados reñidos con el interés de la comunidad.
La exigencia de una sociedad plenamente realizada no sólo implica pensar en el presente sino también en el futuro.
Para ello debemos regular y analizar las necesidades dando preeminencia a las más auténticas, compatibilizándolas con nuestra liberación dentro de un marco de Democracia Social.
A tal fin sería conveniente que existiesen los medios que identifiquen objetivamente esas necesidades con el propósito de canalizarlas y sugerir su satisfacción, aún cuando el Pueblo no haya llegado a expresarlas en forma de demanda concreta.
Lo afirmado precedentemente implica reconocer que la demanda no puede ni debe ser identificada exclusivamente a través del mercado, sino que requiere algo de mayor contenido social.
Para lograrlo será necesario previamente establecer una escala de valores a partir de la cual el patrón de demanda se ajuste a la concepción social y universalista.
La oferta interna de bienes y servicios deberá, entonces, responder a esta demanda y para ello todas las fuerzas productivas coordinarán su acción a fin de lograr una sociedad realizada en los términos expresados.
La preservación de nuestros recursos, particularmente los agotables, el permanente control sobre ellos y sobre el proceso productivo son requisitos indispensables que de no alcanzarse harán naufragar cualquier intento de desarrollo y real independencia. 

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